A los mandatarios les preocupa la educación de los niños, discuten y se reúnen para ponerse de acuerdo, pero al final creo que vuelven a equivocarse.
Por un lado la lengua autonómica, perfecto, su tradiciones, costumbres, sanidad, infraestructuras, política salarial, etc… y siempre me falta algo.
Algo en que no se preocupan ni ocupan, la educación nutricional, la pedagogía de la salud y como no, la educación emocional. Claro si esto ocurriese, no seria tan fácil engañarnos con la comida basura, los azucares escondidos y la manipulación psicológica infantil.
Por esto he intentado ayudar a los niños, talleres de batidos y licuados, conferencias para padres, aconsejar y asesorar, explicar a un niño que un bollo es malo, es como querer subir al Everest sin antes subir de un tirón las escaleras de un tercero.
Pero convencer a un adulto que no puede educar nutricionalmente a su hijo si el no come adecuadamente, es como querer que un niño no diga palabras feas mientras lo insulto a diario.
Es así como doy un toque de atención, si queremos un futuro para los niños, empecemos a sembrar en ellos la semilla de la salud preventiva, no pensemos solo en que puedan ser abogados y no en que estén enfermos, su vida sea un calvario a causa de sus enfermedades.
Pasemos a la acción, eduquemos con el ejemplo, preocupemosno de su futuro saludable, su alimentación, obligaremos a nuestros colegios en sus comedores, asignaturas y a los mandatarios un poco de presupuesto para Educación Nutricional Básica.