Me gustaría haceros una reflexión, (hoy me desperté filósofo) fui a una casa de un amigó mío y estando juntos delante del televisor, vimos una noticia sobre los niños hospitalizados por causas de enfermedades graves o crónicas.
El comentario de «pobrecitos» mientras su hijo de 5 años estaba delante de un gran plato de patatas y un refresco, me hizo recapacitar.
No necesariamente los niños enferman por causas de mala alimentación, por supuesto hay otras causas, muchas de ellas también son por una falta de información y pedagogía de los papas durante la gestación.
También hay causas genéticas heredadas, campos radiológicos tóxicos, zonas con alta concentración de pesticidas, torres de alta tensión, contaminación medioambiental alta, etc..
Pero de algo estoy muy seguro, ellos no tienen la culpa, nosotros y por supuesto me incluyo, somos en parte o totalmente culpables de un 95 % de los problemas de salud en niños de 5 a 12 años.
Me gustaría que hiciésemos un poco de auto examen de conciencia, nos miremos y estudiemos, nuestros hábitos, no solo nutricionales, sino hábitos de ejercicio, a que hora me levanto o me acuesto, que comentarios hago sobre temas diarios, persar que influimos y mucho sobre parte de la personalidad de nuestros hijos, nietos, sobrinos o incluso alumnos o nuestros seguidores de redes sociales.
¿Verdad que no nos damos cuenta?
Todos somos «influencers» en nuestra sociedad, tenemos un número desconocido de seguidores y nuestro dia a dia, puede marcar a muchas personas.
Por lo cuál, pongamos en marcha un cambió de sociedad desde el KM 0 de nuestras posibilidades, desde nosotros mismos y nuestras influencias, desde nuestros hijos y alrededores sociales.
Porqué estos cambios son necesarios, cerrar el grifo cuándo no necesitamos el agua, es igual de importante para el planeta, como tomar un aperitivo de crudites de brócoli con pimienta, sal y aceite de oliva junto a un buen licuado de manzana natural, delante de mi hijo.
Creo que habréis captado mi idea, el brócoli es sólo un ejemplo, pero mi idea es, compartir y enseñarles buenos hábitos es la única manera de cambiar el mundo, reducir las enfermedades a estos inocentes e inculcar cientos de buenas ideas, positividad, reducción de las colas en los hospitales y reducción de el gasto sanitario sin engaños políticos.
Pongámonos en marcha, no por tu salud sólo, sino por la salud de éste planeta.
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