Me pregunto todos los días, ¿ porque un grupo de personas, entran en una sala, hay una con gripe y no contagia a la totalidad del grupo?
12 de las 20 enferman, pero las otras 8 no ¿porque no?.
ADELANTADOS A SU TIEMPO
Lo singular es que la importancia que tiene el “terreno” en el que habitan nuestras células, tejidos y órganos no es nueva; es tan antigua como la teoría de los gérmenes de Louis Pasteur (1822-1895) que fue sin embargo la que se impuso marcando el desarrollo de la Medicina de los siglos XIX y XX dando lugar al lucrativo negocio de los fármacos.
Y ello a pesar de que Antoine Béchamp(1816-1908), contemporáneo de Pasteur, afirmaría que las células del organismo no pueden ser afectadas por microorganismos patógenos –virus, bacterias u hongos- ¡si están sanas! El biólogo, médico y fisiólogo francés Claude Bernard (1813-1878), asimismo contemporáneo, postuló por su parte que las enfermedades no aparecen a causa de gérmenes patógenos sino debido a un “medio interno” -o conjunto de ”reacciones orgánicas intrínsecas”- que funciona incorrectamente. «El terreno lo es todo, el germen no es nada«, afirmaría. Rudolf Virchow (1821-1902) -uno de los más prominentes patólogos del siglo XIX- afirmaría por su parte que las enfermedades no surgen en los tejidos o en los órganos sino en células individuales. “Si pudiera empezar a vivir de nuevo –añadiría- me dedicaría a demostrar que los gérmenes buscan su hábitat natural y por eso se acumulan en los tejidos enfermos como los mosquitos se acumulan en el agua estancada. Pero los gérmenes no son la causa de que los tejidos enfermen como los mosquitos tampoco lo son de que el agua esté estancada”. Carl von Rokitansky (1804-1878) sugirió asimismo que la enfermedad se origina siempre porque el sistema de intercomunicación del organismo está dañado.
Y Hans Eppinger (1878-1848), prestigioso profesor de Medicina Interna en Viena (Austria), demostró que cada célula necesita un entorno adecuado para su desarrollo. Finalmente, Alfred Pischinger(1899-1982) afirmaría que toda enfermedad se inicia en la matriz extracelular que para él constituye el “sistema básico” (nombre que le dio porque permite el funcionamiento de los otros: el muscular, el óseo, el respiratorio, el digestivo, el excretor o urinario, el circulatorio, el hormonal o endocrino, el nervioso, el reproductor, el linfático, el inmunitario y el hematopoyético). Sistema que podría definirse pues como la matriz o red que en forma de líquido engloba a todas las células, tejidos y órganos constituyendo un filtro biofísico de protección, nutrición e inervación celular así como el terreno para la respuesta inmune, angiogénesis, fibrosis y regeneración tisular. De ahí que hoy se conozca también como Sistema Básico de Pischinger.
Y luego, Otto Warburg ¿y ahora? Tomas Seifred y otros muchos, defensores de la idea, de que un cuerpo limpio y sano, no enferma.
Por esta razón, repito tantas veces la necesidad de cuidar lo que comemos y bebemos, respiramos o incluso nos ponemos en la piel. Porque si ensuciamos ese sistema básico, citoplasmático, ese que si cambia su ph a causa de los tóxicos que el cuerpo no puede eliminar, es cuando nuestro cuerpo entra en fase de enfermedad.
Repito hasta la saciedad, limpiarnos por dentro debería ser tan importante como hacerlo por fuera. Esas personas que dicen que el cuerpo es capaz de regular, crear antioxidantes, mantener la estabilidad sin importar si comer verde, carne o comida basura, me parecen muy ignorantes.
Nuestros doctores nos aconsejan dejar la sal para evitar la hipertensión, el azúcar para la diabetes, el alcohol para el hígado, la grasa trans para el colesterol… entonces, importa y mucho lo que comer para prevenir los problemas y las enfermedades.
Se que las personas que me leen, quieren mejorar, esto es el primer paso para cambiar, hagámoslo ya, no esperemos al virus, la bacteria o el hongo, porque si aparecen sera porque el terreno es el adecuado para ellos y no para la Salud, suma, suma Salud.
