Dormir, para vivir
El sueño reparador
Los estudios demuestran que no dormir suficiente o tener una mala calidad de sueño, incrementa el riesgo de hipertensión, enfermedad cardíaca y otras enfermedades.
Incrementa la creatividad
Cuando el cerebro está descansado y la producción de hormonas está equilibrada, la memoria funciona a la perfección. Eso hace que la imaginación sea más potente y nosotros, más creativos.
Ayuda a perder peso
La falta de sueño hace que los adipocitos (células grasas) liberen menos leptina, la hormona supresora del apetito. El insomnio provoca, además, que el estómago libere más grelina (la hormona del apetito). Ambas acciones hacen que dormir poco se asocie a la obesidad.
Te hace estar más sano
Nuestro sistema inmunitario emplea el tiempo de sueño para regenerarse, lo que le permite luchar con eficacia contra contra las toxinas y los gérmenes que de forma continua nos amenazan. Con un sistema inmunitario débil tenemos muchas menos posibilidades de superar con éxito las infecciones.
Mejora la memoria
Dormir fortalece las conexiones neuronales. Durante la fase REM del sueño, el hipocampo, el almacén de nuestra memoria, se restaura, transformando la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. En la Universidad de Hafi (Israel) lo han corroborado con los resultados de un estudio que afirma que una siesta de 90 minutos a media tarde ayuda a fijar los recuerdos y la destreza.
Protege el corazón
Un reciente estudio publicado en el European Heart Journal afirma que los insomnes tienen tres veces más posibilidades de sufrir una insuficiencia cardíaca que los que duermen a pierna suelta. El insomnio aumenta los niveles en sangre de las hormonas del estrés, lo que aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíaca. Otros estudios también ligan el insomnio a tener el colesterol más alto.
Reduce la depresión
Cuando dormimos, el cuerpo se relaja y eso facilita la producción de melanina y serotonina. Estas hormonas contrarrestan los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) y nos ayudan a ser mas felices y emocionalmente mas fuertes. La falta de sueño provoca, por el contrario, una liberación aumentada y sostenida de las hormonas del estrés.
Sin dormir no es posible la salud
La falta de sueño no es ninguna broma. Hipólito de Marsilio en el siglo XV documentó la privación del sueño como método de tortura de la inquisición y, como no, fue una de las técnicas usadas por EEUU en Guantánamo para el interrogatorio de los prisioneros. No hay estudios científicos con seres humanos por motivos evidentes, pero sabemos que bastan unos pocos días de privación de sueño total para que las ratas de laboratorio sufran un final de espanto: debilidad, llagas en la piel, pérdida de peso (a pesar de comer más de lo suficiente) y finalmente la muerte.
Lo cierto es que en esto de dormir no estamos solos, si bien hay grandes diferencias. Los osos y los roedores pasan meses durmiendo durante la hibernación, mientras que los delfines y otros mamíferos marinos pueden pasar semanas sin dormir. En nuestro caso, aunque no se sepa con total seguridad por que dormimos, está claro que necesitamos dormir. Sobre todo por culpa de nuestro cerebro.
Mientras estamos despiertos las neuronas establecen conexiones entre ellas como resultado de nuestras experiencias. Si nos hemos quemado con una sartén caliente, en nuestro cerebro asociaremos el concepto de sartén con el dolor de la quemadura, creando un recuerdo y una respuesta que evite en lo posible que nos vuelva ocurrir. Esto ocurre millones de veces al día.
Durante el sueño, nuestro cerebro se dedica a «podar» estas conexiones, eliminando aquellas que no son importantes, y reforzando las que sí lo son. Los sueños parecen ser parte del proceso, una especie de simulador en el que se ensayan distintas respuestas, especialmente emocionales, a las experiencias adquiridas. Nuevos descubrimientos indican que además se produce un proceso de «lavado» durante la noche en el que el cerebro elimina subproductos neurotóxicos que se acumulan durante las horas de vigilia.
En palabras de la neurocientífica Maiken Nedergaard, de la universidad de Rochester “Es como dar una fiesta en casa. Puedes pasarlo bien con los invitados o hacer limpieza, pero no puedes hacer las dos cosas a la vez«.
Dormir menos de siete horas no solo es un problema de cansancio. Hay consecuencias físicas bien estudiadas:
- Más grasa corporal: en un estudio con 496 adultos a lo largo de 13 años se pudo ver que quienes dormían menos de seis horas tenían 7,5 veces más posibilidades de tener sobrepeso, independientemente de los niveles de actividad física, factores demográficos o historial familiar.
- Trastornos del apetito: la restricción del sueño en un estudio controlado tuvo como resultado una bajada significativa de la hormona leptina (la que te dice que has comido bastante) y un aumento de la grelina (la hormona que te da hambre). Además no era un hambre cualquiera, sino antojos de alimentos densos en calorías, especialmente azúcares.
- Menos masa muscular: cualquier atleta te dirá que los músculos se hacen en la cama (y la grasa se pierde en la cocina, pero eso es otro asunto). Durante la noche aumenta la secreción de la hormona del crecimiento, que estimula la reparación de los tejidos, desde la piel hasta los músculos, pasando por los pulmones y las uñas. La falta de sueño interfiere con este proceso. En un estudio en que los voluntarios se sometían a una dieta de adelgazamiento, en dos semanas todos perdieron peso, unos tres kilos, pero quienes dormían 5,5 horas perdieron menos grasa y más músculo que quienes dormían 8,5 horas. Además, descendió su metabolismo, haciéndolos más vulnerables al efecto rebote.
- Riesgo de diabetes: la sensibilidad a la insulina es básicamente la capacidad de tu cuerpo para procesar el azúcar. Cuando te vuelves resistente a la insulina, la glucosa en sangre se mantiene elevada durante más tiempo, con lo que hace falta más insulina cada vez para obtener el mismo efecto. Cuando el sistema se rompe, tienes diabetes tipo 2. Como era de esperar, se ha comprobado que basta con una sola noche de insomnio basta para reducir la sensibilidad a la insulina en el hígado y otros tejidos.
- Más estrés: la falta de sueño afecta al eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, el sistema que parte del cerebro y controla nada menos que el metabolismo, la digestión, el sistema inmunitario, y sobre todo, el estrés. Por la mañana sube el cortisol, la hormona del estrés, para ayudarnos a despertar, y desciende a las pocas horas. Pero si se altera el sistema por falta de sueño, el cortisol se mantiene elevado hasta la tarde, con todo lo que lleva de regalo: más posibilidades de sufrir enfermedades, más irritabilidad y, cerrando el círculo, menos sueño la noche siguiente.
- Menos cerebro: la privación total de sueño tiene efectos graves a largo plazo, como pérdida de memoria, o la creación de recuerdos falsos. Pero incluso una privación parcial puede afectar a funciones cognitivas como la memoria de trabajo, la atención y la toma de decisiones. Tras 17 horas sin dormir, los sujetos estudiados mostraban la misma merma en sus capacidades que con una concentración de alcohol en sangre del 0,05, por encima del límite legal para conducir.
- Menos esperanza de vida: durmiendo menos horas parece que tienes más tiempo para vivir, pero siento aguarte la fiesta, porque en realidad vives menos. En una revisión de 17 estudios sobre el sueño, quienes dormían entre cinco y siete horas tenían una mortalidad un 12% mayor. Curiosamente, también aumentaba la mortalidad en quienes dormían más de ocho horas.
- Peor sexo: al estudiar a hombres sanos y jóvenes a quienes se hizo dormir sólo 5 horas al día durante una semana se comprobó que la testosterona había descendido hasta en un 15%. Por el contrario, por cada hora más de sueño, las mujeres de un estudio vieron cómo se incrementaban en un 14% sus posibilidades de tener sexo con su pareja. .
¿Necesitas más razones para preocuparte por tu sueño?
Después de todos estos estudios que te mostré creo que deberias de preocuparte por dormir mas y o mejor.
Cuando a muchas personas le digo que es muy importante el descansar, acostarse a una hora prudente y esa hora no es más de las 10 y media, cuando les digo que deben cenar lo máximo a las 9 de la noche y me toman por loco, me siento impotente porque un 80 % de sus problemas son por el dormir poco y comer de manera inadecuada.
Por esa razón te invito a que te pongas en manos de un profesional, si me eliges a mi pues perfecto, pero sino fuese así busca alguien que te ayude a dormir 7 horas y media minimo, que tu sueño sea saludable y pronto podrás ver los cambios que se realizan en tu cuerpo.